Entrevista a Teatro Crudo «Yo quiero que la gente se pregunte que coño pasaría con su vida si realmente hicieran lo que quieren hacer»

Entrevista a Teatro Crudo «Yo quiero que la gente se pregunte que coño pasaría con su vida si realmente hicieran lo que quieren hacer»

Por Sergio Llauger

El 25 de octubre en la sala La Tortuga en Madrid. Tuve la oportunidad de ver el espectáculo «CRASH!», de la compañía Teatro Crudo. Esta compañía está formada por la directora italiana Verónica Turcato y los actores Carlos Gallardo y Pilar Pingarrón. Este espectáculo me marcó tanto que para nada influye en esta entrevista que Verónica Turcato y Carlos Gallardo sean mis compañeros de piso. Aquí os dejo con dos tercios de Teatro Crudo, pues la señorita Pingarrón no pudo asistir.

¿Cómo nace Teatro Crudo?

Carlos: Teatro Crudo es una compañía Italoespañola. Empezamos porque estudiamos juntos en la formación de Lecoq durante dos años y acabando nuestra formación decidimos entrar en un lugar de investigación sobre el bufón contemporáneo en donde pudiéramos aplicar todo lo que llevábamos aprendido hasta el momento. Es entonces cuando Arturo Bernal nos dirigió un espectáculo que se llamó “Yo, psicópata” en el que también participaron nuestras compañeras Isabel Morales, Lucía Callen y Tiziana Cilumbriello. Estuvimos tres meses investigando el bufón para crear este espectáculo y fue gracias a este proceso que decidimos formarnos como compañía.

¿De que nos habla «CRASH!»?

Verónica: “CRASH!” nace de un proyecto de fin de curso de la Escuela Internacional de Teatro Arturo Bernal (EITAB) en el que yo quise averiguar como me encontraba en el lugar de la dirección. Yo necesitaba algo que dirigir y Carlos y Pilar necesitaban a alguien que les dirigiera el tema del que querían hablar. En este caso el tema era la rutina. Tenían desde hacía dos años la idea de hablar sobre este tema. Ahí fue cuando nos unimos y donde empezó nuestro viaje.

Carlos: “CRASH!” habla principalmente sobre los deseos y aspiraciones de una persona que está encerrada en una monotonía que no es la que quiere, pero que le han dicho que debería hacer. Él decide quedarse en esto porque le parece que es una zona segura en la que él dice estar bien. Después el tiene una serie de aspiraciones y de deseos por los que nunca llega a luchar de verdad porque son cosas que ha soñado, ha visto en películas o ha idealizado.

Verónica: Yo quiero que la gente se pregunte qué coño pasaría con su vida si realmente hicieran lo que quieren hacer. Porque “CRASH!” va directamente hacia estas personas. Las personas que no están felices con lo que están haciendo y quieren hacer otra cosa. Creo que es un trabajo muy personal. Yo dejé mi vida anterior, dejé mi trabajo de oficina y me peleé con garras y dientes para hacer lo que quiero. Queremos que la gente se pregunte que pasaría con su vida si hiciesen esto también. “CRASH!” es un espectáculo para animar a la gente a intentar hacer lo que quieren con su vida.

¿Cómo ha sido el proceso creativo?

Verónica: Este proceso fue una creación colectiva. Una suma de improvisaciones con visiones que yo tenía de algunas escenas en las que yo decía “Esto tiene que ser así”. Después ellos hicieron un trabajo más profundo de dramaturgia. Ahora hay muchos espectáculos a partir de la creación colectiva. Un lugar donde se deja más libertad a los actores, pero en el que hay que tener una visión concreta. Si no tienes una visión no se va a ningún lado. Fue muy duro porque lo estrenamos por primera vez el 27 de marzo ensayando durante dos meses una o dos horas al día todos los días. Esto nos machacó así que ahora aconsejamos a todo el mundo que haga menos ensayos, pero más largos.

Carlos: El proceso de creación colectiva fue importante porque a Verónica como directora le gusta mucho trabajar desde la verdad del actor. Desde un terreno un poco más alejado de la ficción. Trabajar con lo que tiene delante y con los actores que tiene. Esto le da un punto más de sinceridad y de metateatralidad, no se si es la mejor palabra para decirlo, en donde nosotros como actores nos sentimos muy involucrados porque estamos hablando desde nosotros. Nosotros traemos propuestas que luego Verónica las valora y que con lo que ella tiene en mente nos encamina hacia un punto en común.

Verónica: Valorad siempre la improvisación. Valorad con quien estáis y donde estáis. Porque, por ejemplo, la disposición del espacio en este espectáculo vino por un error mío. Estábamos muy bloqueados con el espacio. Teníamos un ensayo y yo no sabía que hacer por lo que no me preparé nada para la sesión. Improvisé. Cogí palos y sillas e hice como si me lo hubiera preparado. Le dije a Carlos que respirase el ambiente e improvisara con el espacio. Si quería cantar que cantase, si quería subirse a algo que se subiese, etc. Desde esta disposición fruto del error nació el espacio escénico actual. Así que valorad mucho los errores y las cosas que tengáis a mano.

¿En que tipo de teatro situaríais «CRASH!»?

Carlos: Nosotros partimos de la pedagogía Lecoq. También es verdad que en los últimos tiempos Arturo Bernal, nuestro maestro, ha estado encaminando la pedagogía Lecoq hacia un lugar mucho más contemporáneo. Empieza a introducir el simbolismo, que Lecoq nunca se atrevió a meter, la performance, el audiovisual como elemento dramatúrgico…

Verónica: Es que no existía el audiovisual en el teatro cuando estaba Lecoq. Lecoq murió hace mucho tiempo.

Carlos: Nosotros partimos del estilo del melodrama. Pero hacer un melodrama clásico en pleno siglo XXI a nosotros no nos parece interesante. Es difícil situarse en un género teatral. Nosotros le decimos tragicomedia porque mezclamos comedia con drama, pero también creemos en la mezcla de diversos lenguajes teatrales. Nos gusta trabajar con la mezcla del mimo de acción, la coreografía del movimiento, la performance, el grotesco, el texto desestructurado… Es posdrama al fin y al cabo. Es partir de un posdrama donde la historia se desvirtúa y lo importante es el tema. Todo está fragmentado. Partimos de una cosa que nosotros hemos definido como efecto glitch. Pensamos en el efecto glitch de los videos, en las interferencias, y en como traspasarlo al cuerpo. Todo lo que mostramos en escena tiene esta cosa que está cortada. Los personajes no están definidos, la historia no está definida… El tema es lo único que sujeta todo.

Verónica: Es muy dadaísta. Yo amo el dadaísmo, el surrealismo y hacer en general lo que me da la gana. Si yo tuviese que resumir lo que es “CRASH!” sería esto. Hacer lo que me apetece ¿Me apetece ir a caballo de un unicornio? Pues lo metemos y ya veremos como lo conectamos. Además el público siempre lo conecta y le da su sentido. Al público le puedes mostrar algo que no tiene historia y verás como ellos la verán igualmente.

 ¿Cuales son vuestras influencias?

Verónica: Nos gusta mucho el trabajo de compañías como Teatro en Vilo o Matarile. Puedo decirte muy claramente que es lo que no me gusta. El teatro clásico, el Siglo de Oro, La Celestina y todo el correspondiente de teatro italiano. Le tengo mucho respeto, pero no quiero hacerlo. No me gusta.

Carlos: Bebemos mucho del posdrama. De creadoras como Angélica Liddell de las estructuras dramatúrgicas de Sarah Kane donde ninguna parte tiene que ver con la otra.

Verónica: La fragmentación en las estructuras de Darren Aranofsky.

Carlos: Marta Pazos nos gusta mucho también.

Verónica: La estética de Marta Pazos nos ha influenciado mucho. Como es capaz de comunicar a partir de los colores casi tanto como con los actores. Esto es algo que en el teatro más clásico se pasa casi por encima.

Carlos: Gaspar Noé también nos ha influenciado mucho con películas como “Climax”, donde comunica muchísimas emociones con las luces o la música.

¿Cómo es de difícil arrancar una compañía de la nada en estos tiempos de pos-crisis y/o pre-crisis?

Carlos: Muy difícil. Sobretodo en España por como está la situación. No hay ayudas suficientes para nuevos emprendedores. Esto hace que tengamos que empezar como asociación cultural. Lo cual nos das problemas porque una asociación cultural es sinónimo de aficionado. Entonces la gente ya no te ve como a un profesional. Hay que irse ganando sobretodo el mercado. Tenemos que ir hablando con salas más pequeñas. Salas que estén instauradas como asociaciones o que estén empezando. A partir de aquí ir ganando nombre y el día de mañana poder optar a mejores oportunidades.

Verónica: También hay que saber ganarse la confianza de la gente. Cuando tú estás empezando con una compañía nueva y que además viene con una obra de creación propia, tienes que venderlo de manera que a las salas les de algo de seguridad. Si nosotros intentásemos vender La Celestina seguramente nos cogerían en más sitios porque las salas sabrían a donde vamos y que hacemos, pero lo desconocido siempre da un poquito de miedo.

Carlos: Es que “CRASH!” es un espectáculo bastante punki.

Verónica: Por ahora prefiero ser pobre y hacer estas cosas que ser rica y hacer cosas aburridas.

¿Tenéis pensado que tipo de espectáculo vendrá después de este?

Carlos: Tenemos muchas ideas, pero concretarlas ya es más difícil. Yo, por ejemplo, estoy con Pilar en otro proyecto destinado a un público infantil, pero que también tiene esta estética de Teatro Crudo. Un espectáculo en el que mezclamos el mundo del títere con el lenguaje cinematográfico.

Verónica: A mi me gustaría encontrar un sitio donde poder trabajar un espectáculo sobre el miedo. Investigar como generar un miedo en el espectador y unirlo con el mundo de las raves y del tecno. Un espectáculo en el que en base a la música, el ruido y la gente generara miedo en el espectador.

¿Dónde os podremos ver próximamente?

Carlos: Todos los jueves de diciembre en la sala Azarte en Chueca a las 21:00.
Verónica: Y próximamente anunciaremos fechas en Galicia.

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