Entrevista a Rodrigo Cuevas «Creo que hay que ir a la radicalidad del arte»

Entrevista a Rodrigo Cuevas «Creo que hay que ir a la radicalidad del arte»

Por Aline Tardieu y Darío Gómez

Rodrigo Cuevas es uno de los personajes más llamativos del panorama musical.  No recordamos a nadie que haya hecho que tanta gente ajena al mundo de la música tradicional abarrotase los teatros deseosos de escuchar una pandereta. El FritangaZine se congratula de haber podido realizar una entrevista al que consideramos uno de los mejores artistas nacionales del momento.

¿Cómo podrías explicarle a alguien que no conoce a Rodrigo Cuevas, en qué consiste tu arte?

Yo uso siempre la etiqueta de agitador folclórico, que es una etiqueta que me representa, pero no me condiciona. No me condiciona porque ahí dentro puedo hacer casi lo que me dé la gana, da igual que sea más performático, más musical o más teatral. Cualquier cosa entra ahí dentro.

Diría que mi estilo es música tradicional contemporánea, dentro del canon contemporáneo. La base es lo musical que luego se lleva a lo teatral.

Queremos conocer el proceso creativo de Rodrigo Cuevas ¿Cómo funciona?

Voy un poco a volantazos. No es que tenga una fórmula mágica para crear canciones o textos. Lo que hago es estar perceptivo y cuando viene la inspiración pillarla al vuelo. Intento estar mucho tiempo en el estudio para que me pille trabajando.

Los impulsos que me hacen crear siempre son cosas que me motivan y me conmueven para luego tirar de ese hilo. Siempre que algo que me llega me fascina, tiro de ahí. Me van llegando mucho de fuera los estímulos.

¿Qué aprendizajes clave has tenido en tu carrera? ¿Cuáles querrías transmitirles a otros músicos?

Uno de mis aprendizajes clave fue cuando empecé a tocar la pandereta. Fui a un curso con Eliseo Parra. De ese curso salí tocando un montón la pandereta y el pandero cuadrado.

Otro momento clave fue la grabación con Refree, que cambió mucho mi perspectiva de cómo trabajar en un estudio. Siempre lo había hecho muy a lo bruto, sin tiempo prácticamente. Con Refree pasamos mucho tiempo en el estudio, la producción fue en el estudio y el disco se hizo en el estudio. Fue maravilloso.

También cuando era pequeño con una profesora de piano y música contemporánea que tuve que me encantó. Me dio una concepción totalmente diferente de la música y gracias a ella sigo haciendo música.

El aprendizaje que querría transmitir a otros es que no intenten ser nada. Que busquen la autenticidad. Ser uno mismo y buscarse de verdad, no intentar cambiar buscando el éxito. Creo que hay que ir a la radicalidad del arte. Ese es el camino.

¿De dónde te viene la inspiración para tus canciones y estilo de actuación?

De personajes y gente que conozco, sobre todo. De señoras que me enseñan canciones, historias de gente que leo y que escucho. Sobre todo, de eso.

¿Qué tal tu repercusión en el extranjero? ¿Algún plan para salir de las fronteras ibéricas?

Más bien poca. Fui a tocar con el Instituto Cervantes a Frankfurt, en Londres, en Roma y en Lima en el Centro Cultural Español, pero la verdad es que muy poquitina.

Dentro de poco vamos a ir a Bruselas y poca cosa más. De momento, poca cosa más.

¿Podrías hablarnos, retrospectivamente, de cuáles han sido para ti los hitos de mayor importancia de tu carrera?

Viéndolo desde lo más reciente a lo más antiguo, lo primero diría que sacar Manual de Cortejo es todo un hito para mí.

Luego el videoclip de Verdiciu yo creo que es un hito importante, también. Cuando fui imagen de la Sidra de Asturias también fue un momento muy importante, que me dio mucha popularidad y gracias a eso se escuchó mucho mi música. También la primera vez que hice un concierto en la Plaza Mayor de Xixón que también fue la primera vez que hacía un concierto tan grande.

Una anécdota que también considero un hito fue cuando en la plaza de la Catedral de Oviedo que se nos fue el sonido y seguimos haciendo media hora de concierto a capella con toda la plaza en silencio, lloviendo a mares. Pensaba que se el sonido se iba a arreglar en un minuto, cogí la pandereta, cogí el acordeón, me puse a cantar y seguía sin funcionar el sonido. Seguí cantando, toda la plaza estaba en silencio y pensé: “Si no se me va la gente, yo tengo que seguir, porque ellos que se están mojando y no se van, ¿cómo me voy a ir yo?”. Y seguí tocando canciones con el acordeón, conté el cuento del toro Barroso, todo sin micrófono en una plaza con cuatro mil personas que estaba totalmente en silencio. Nunca volvió el sonido y al final me acabé yendo.

Y a riesgo de entrar demasiado en lo personal, queremos acabar la entrevista con esta pregunta. ¿Qué es lo que más amas en la vida?

La naturaleza. Es lo que más me enamora y me emociona.

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