Sagittarius – Present Tense

Sagittarius – Present Tense

Por Darío Gómez González


Present Tense de Sagittarius, es uno de los discos que más me ha marcado y más veces he escuchado en mi vida. Esta obra es fruto de la alineación de dos estrellas de la música, los cantantes, compositores y productores estadounidenses Gary Usher y Curt Boettcher.

Gary Usher había trabajado en Los Ángeles, California, escribiendo letras para artistas como los Beach Boys, Frankie Avalon o Dick Dale y produciendo a los Surfaris, Gene Clark, los Byrds o The Peanut Butter Conspiracy. A mediados de los años sesenta Usher trabajaba para Columbia Records como productor, según él dice, ochenta horas semanales, cosa que parece un poco exagerada. Llegó a un punto en el que no pudo soportar más el peso de una función tan técnica y tanta carga de trabajo que no le dejaba expresar sus propias necesidades creativas. Entonces decidió dirigir su propio proyecto artístico, Sagittarius, inspirado en su propio signo del zodíaco.

Para ello, reunió a varios músicos de estudio asociados a Columbia Records para formar una banda, como el guitarrista y vocalista Glenn Campbell o el teclista y vocalista Bruce Johnston, que habían hecho varias giras con los Beach Boys. En el disco también participaron compositores como Lee Mallory de The Association o Sandy Salisbury, que luego reconvertiría su carrera para dedicarse a escribir cuentos para niños y por lo que sería más recordado, su novela histórica sobre una familia japonesa en EEUU durante la Segunda Guerra mundial, “Under The Blood Sun”, que sería llevada al cine.

Pero sin duda, el más brillante de todos los colaboradores de Gary Usher fue Curt Boettcher, fundador de The GoldeBriars (con sus hermanas, al empezar la universidad) y productor de The Association, dos grupos que también son muy especiales para mí. Usher conoció a Boettcher en los estudios de Columbia mientras estaba grabando a Brian Wilson. Los dos se quedaron impresionados con sus habilidades cuando, de casualidad, escucharon como producía el single “That’s The Way It’s Gonna Be” de Lee Mallory.

Circula el rumor de que el material que Boettcher estaba produciendo impresionó tanto a Brian Wilson que le hizo abandonar la música surf y el pop más ligero para empezar a crear lo que sería su obra maestra, el disco Pet Sounds. Enseguida, Usher le propuso a Boettcher formar parte de su nuevo proyecto, Sagittarius. Él accedió, y al poco tiempo de empezar a trabajar juntos se dieron cuenta de que había una afinidad especial entre los dos.

Usher estaba acostumbrado a producir música comercial para ganarse la vida, pero la necesidad creativa que le estaba brotando irremediablemente de sus entrañas conjugó muy bien con el espíritu y la sensibilidad angelical de Boettcher. Los dos tenían inquietudes musicales más allá de lo comercial. Empezaron a tomar LSD juntos con la intención de conocerse mejor a sí mismos y, junto a Boettcher, Gary Usher sintió, un gran progreso artístico y espiritual.

En el proceso creativo de Sagittarius, Curt Boettcher aportó tantas ideas que acabó componiendo seis de las once pistas del disco Present Tense y tenía una voz tan espléndida que acabaría cantando en casi todas. Tanto Usher como Boettcher compartieron el rol de productores en este disco.

Todos estos detalles históricos me parece que cuentan una historia bonita e interesante, pero ahora quisiera poner la atención en otra cosa. Este disco me ha fascinado y me ha hecho sentir las más elevadas emociones. Repetidamente me ha hecho sentir un hormigueo especial por todo el cuerpo, me ha reconfortado, me ha recompuesto, me ha hecho sentir conectado con la vida de una manera especial y me ha llevado a estados de alegría y plenitud.

Curt Boettcher y Gary Usher declararon que su intención era hacer que la música le hablase al Yo Superior de los oyentes. Creo que ha funcionado conmigo. Si he escuchado tantas veces este disco es por su capacidad que tiene para recomponerme, elevarme y hacerme sentir feliz y completo.

Si la música puede tener la facultad de hacerle esto a las personas, lo que más me interesa es saber por qué y cómo puedo encontrar el método para crear música con esta capacidad. Para eso, lo más que puedo hacer en este artículo es intentar describir los elementos del disco que más creo que tienen que ver con ésto.

El disco empieza con unas notas que recuerdan al sonido de un harpa acompañadas de un bajo sencillo y la preciosa voz de Curt Boettcher. Suena “Another Time”. La letra, acompañada de unas cuerdas frotadas que arrullan como una nana, dice frases como (y pierden un poco con la traducción, lamentablemente):

“Verás mi cara cuando no estés mirando,
y correrás hacia mí para preguntarme en qué estoy pensando.”

“Tu corazón puede cantar la música que estoy escuchando
y encontrar la manera de responder a todas las preguntas que están en mis ojos.”

“Levantarás tu cabeza y verás el cielo
que te llama a probar tus alas por fin.”

“Las palabras que ahora digo perderán su significado,
porque entonces compartiremos el amor con el que ahora sólo estoy soñando.”

“Serás la polilla que encontró la luz
pero también encontró la muerte.”

Algunos puede que no vean en “Another Time” más que unas simples canciones de amor o, como mucho, un ejercicio de cursilería existencial hippie. Yo, sin embargo, no puedo dejar de ver inspiración divina. La voz de Curt Boettcher parece que quiere ser la de un Dios benevolente con un mensaje maternal y esperanzador. Hay muchos ejemplos de esto.

La segunda canción del disco “A Song to The Magic Frog”, además de la maravillosa música, tiene este fragmento de letra:

“Fugaces con cada momento que pasa
dos gotas en el sol
cambiando nuestro viento
para que siempre tú y yo somos uno.”

Entiendo que hay una ambigüedad permanente por la cual se puede interpretar que son sólo canciones de amor. Yo estoy convencido de que es así, pero entiendo que no es amor humano terrenal, sino Amor con mayúsculas, un Amor espiritual. Estoy convencido de que Curt Boettcher quiso conectar con una voz superior que le permitiese invocar con su música lo más elevado del espíritu humano. Y con mi espíritu lo ha conseguido.

Esa ambigüedad puede estar justificada en la intención de darle a las canciones una lectura superficial en la que pudieran parecer de amor mundano, conveniente para que el público general pudiese conectar mejor con el disco y sus compañeros de Columbia viesen viable el proyecto.

Me parece, sin embargo, muy refutable cualquiera que mantenga que el disco no tiene una clara dimensión espiritual en su mensaje. Para mí lo dejan claro versos como:

“Y las un millón y tres mañanas
cambiarán los juegos ancestrales
veremos a través de nuestras miserias
y sabremos de dónde venimos.”

(The Keeper of the Games)

“Deja tu espíritu libre
enfréntate a las fuerzas desconocidas
ellas no te harán daño
[…]
crees que has encontrado cual es la Verdad
pero la Verdad es
tú no eres real.”

(The Truth is not Real)

En el zodíaco, Sagitario (el nombre del grupo) es el centauro curandero cuya inteligencia superior forma un puente entre la Tierra y el Cielo. No puede caber ninguna duda de la intención de Gary Usher y Curt Boettcher de elevar el espíritu con su música. Tampoco queda ninguna duda en mi corazón de que esta música ha elevado mi espíritu.

¿Cómo es esto posible? ¿Qué le da la música esta capacidad? Creo que hay un misterio enorme detrás de esto que todavía se escapa a nuestra comprensión. Todo lo que me gustaría como músico es poder llegar a hacer música con esta capacidad de elevar el espíritu humano. Si alguien lo siente igual; si alguien cree, como yo, que aquí hay algo importante por descubrir, me encantaría hablar con esas personas de este tema.

Muchas gracias por leerme.

Fuentes
http://albumlinernotes.com/Present_Tense.html
https://www.allmusic.com/album/present-tense-mw0000026086/credits
https://en.wikipedia.org/wiki/Sagittarius_(band)
https://en.wikipedia.org/wiki/Curt_Boettcher
https://en.wikipedia.org/wiki/Gary_Usher
https://en.wikipedia.org/wiki/Graham_Salisbury

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